Por primera vez en mucho tiempo, no he hecho mi habitual escrito con “Las Películas del 2024”. No las hubo, apenas sí fuimos al cine, y, casi siempre, a ver películas antiguas (dos veces “El Apartamento”, “Mi Vecino Totoro”, “Roma, Ciudad Abierta”, “El Gran Lebowsky”. Sólo tres películas nuevas en todo 2024: “Conclave” (la mejor, pero fallida) y la espantosa, absurda y pésima “La Sustancia”.

Fue otro año de hospitales, de leucemia, aislado en casa, sin fuerzas hasta casi verano para hacer nada.

Mientras, el mundo se derrumba. Trump vuelve a ser presidente, mi adorada Austria puede caer en manos de los viejos fascistas otra vez, y el nazismo recorre Europa. Campos de concentración en Albania. Argentina siendo arrasada por un monstruo.

Fue el año más cálido de la historia humana, inundaciones e incendios, mientras yo sigo trabajando para una petrolera que, ahora ya no puedo engañarme más a mí mismo, no va a reformarse. Nunca.

¿Y qué puedo hacer? ¿Qué debo hacer ante todo esto? ¿A dónde escapar, dónde refugiarse hasta que todo termine? De momento, creo, en El Apartamento, en Totoro, en El Hombre Tranquilo (en Innisfree). En Lothlorien. Lejos de aquí.