Iba a escribir Otro año peculiar, pero quizás la vida es así ahora. Poco fui a salas en el 2022, con mi leucemia regresando, meses de quimioterapia, aislándome en casa, un mes en el hospital recibiendo un transplante de células madre, un otoño de lenta recuperación en casa, e interludios de respiros en Cantabria, rodeado de prados y animales, pero lejos de las salas.
Por eso, este post bien podría titularse “Las Películas del 2021”, pues las tres son de ese año, aunque yo no las viera hasta el 2022, y sólo la segunda de las tres la vi en sala, las otras fueron en plataformas de streaming. Fue, una vez más, otro año sin gran cine. Honestamente, me cuesta recordar la última vez que vi una nueva película que pudiera tener ese calificativo (pasamos la Nochevieja viendo El Apartamento, ¿volverá a hacerse alguna vez una película a esa altura? No he escrito, ni voy a escribir, sobre la última lista de Sight an Sound, pero, ¿de verdad los críticos que votan ahí ven cine?)
Petite maman, de Céline Sciamma
Una pequeña fantasía, sobre una niña que, en medio del bosque donde vivía su abuela, encuentra a otra niña, que décadas después será su madre. De una delicadeza tremenda, tiene algo poderoso y conmovedor, que ya muy rara vez se ve en el cine.
Licorice Pizza, de Paul Thomas Anderson
Una historia de amor entre dos jóvenes en los márgenes (o, más bien, que ya han caído por el borde) de Hollywood, en los años 70. Le sobran cameos de estrellas interpretando a personajes estrafalarios, pero, pese a sus defectos, transmite autenticidad y (algo que no esperaba ver en Paul Thomas Anderson) alegría de vivir.
tick, tick… Boom!, de Lin-Manuel Miranda
¿He dicho alguna vez que me encantan los musicales? El año pasado me salté mi cita con este post, con lo que no mencioné el “West Side Story” de Spielberg, pero disfruté muchísimo con esta adaptación del musical autobiográfico (que yo no conocía) de Jonathan Larson. No es gran cine, porque ya no se hace, pero se ganó su hueco en esta lista.