Escuchando a Wagner en esta mañana de domingo, pensando en la terrible compatibilidad de ser un espantoso antisemita con la capacidad de crear música tan bella como la suya.
Y en nuestro propio Götterdämmerung cotidiano, el fin del mundo de libertad y paz que los europeos hemos conocido toda nuestra vida. El como, por miedo y eogísmo, estamos destruyendo el continente donde la Humanidad ha vivido mejor en toda la historia.
Y en el Götterdämmerung de Visconti. Una obra maestra absoluta, y una película que todos deberían ver, hoy más que nunca. Para aprender que la barbarie que estamos despertando de nuevo no se puede utilizar para ningún fin, que eres un iluso si crees que estás a salvo. Esa oscuridad de despierta de nuevo devora a todos, tarde o temprano. La esperanza, lo más parecido a ella, es que al final, también se devora a si mismo.